jueves, 22 de noviembre de 2018

¿Éste proceso artificalmente?

Desde hace años la comunidad científica está intentando emular a las plantas para obtener una nueva fuente de energía limpia y eficiente.



Copiar en un laboratorio la fórmula secreta del reino vegetal para producir energía almacenable a partir de los rayos del sol, agua y dióxido de carbono es uno de los grandes retos de la comunidad científica internacional. EEUU, uno de los países más interesados, ya ha invertido 122 millones de dólares en el Join Center for Artificial Photosynthesis (JCAP), fundado en 2010. El objetivo es desarrollar una célula solar que produzca moléculas de hidrógeno o hidrocarburos, en lugar de azúcares, como hacen las plantas. En definitiva, obtener un combustible que al ser quemado no genere CO2, que no contribuya al efecto invernadero y, en consecuencia, al calentamiento global, y que reduzca nuestra dependencia de los combustibles fósiles. De momento se ha conseguido recrear de forma simplificada el proceso fotosintético, pero el gran problema es encontrar una infraestructura eficaz para comercializar y hacer viable este tipo de energía.


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